La imagen no hace diferencia, todos la tienen. es la única que puede desarmarte y clasificarte. puede golpearte hasta matarte y hacerte sangrar todas las heridas de guerra.
El prejuicio te aísla y te envuelve en una burbuja gruesa y transparente, que te impide disfrutar de las diferencias divinas de el mundo.
El orgullo construye barreras demasiado fuertes como para poder derribarlas sin ayuda de el perdón.
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