Aunque la tortura me derrota, sigo pensando, en ese algo que me levanta todos los dias. Soñar, no es un juego.  En este momneto me agarro de cualquiern esperanza floja que flote en el aire. Ya me pasó varias veces esto, pero aguanté. Llega el momento que me empiezo a desvancer en el suelo, pero caerse ya no esta en mis planes. Debo descansar unos minutos, reponer fuerzas, limpiar mis pantalones y tratar de dar nuevos pasos (distintos a los de antes). La melancolica musica que me recomendo un viejo amigo, carga mis oidos de dulzura, intento pararme y mis piernas tambalean, PERO YA NADA ME PUEDE FRENAR.